La destruccion del molinete (looking for peanuts)

6:57, Punto de abordaje al colectivo:

Me encontraba yo junto a un grupo de 6 o 7 feminas de variadas edades y arrugas, todas ellas dirigian su mirada al oeste donde se supone que se aproxima el utilisimo transbordador publico; aprovechando su posicion me coloco estrategicamente detras de ellas alejandome de su rango de vision y profiero un sonoro eructo cuyo aroma era el que otorga la ingesta de un helado de anchoa, tres morci-pan y un bizcocho canale
(para todos aquellos que no conozcan la maravilla culinaria a la que me refiero paso a explicar: los bizcochos canales son producidos en Kuala Lumpur con un sistema de mano de obra barata a traves de la esclavizacion de hijos de titiriteros, ya que en este pais los hijos de estos hombres, cuya profesion sobrepasa los limites de la degradacion y es estrechamente vinculada a diversos tratos con el comunmente llamado mefistofeles, satan o Riqui Maravilla,les son sustraidos alegando que deben ser alejados de las influencias satanicas de sus progenitores. El Gestor de la empresa que fabrica bizcochos canale a traves de este medio no es otro que Odie, el archienemigo de Garfield, y este ultimo al oir el maltrato a los infantes decidio que lo mejor seria rascarse el sobaco.)

Parece que el perfume de mi aliento no fue de el agrado popular al que recibieron con sonoros ``que asco!``, ``que inmundicia!``, ``vote menem 2007!`` e incluso una señora de bufanda violeta aprovecho el caos para confesar su homosexualidad. Esta atentado gastrico puede ser interpretada por una accion de terrible mal gusto e incluso una grave agresion a los sentidos(al igual que, por ejemplo``grande pa``) pero lo hice a modo de venganza a una anciana de cabello blanco(cuando digo cabello me refiero a la unidad...un solitario filamento blanquecino que ondeaba orgulloso cual estandarte de la vejez) que hacia 15 minutos habia yo visto sustraer ilicitamene un gancho de esos que usan en las verdulerias, y yo, como poseeo gran responsabilidad civil, no pude retirarme sin ajusticiar a aquella vieja malhechora.